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viernes, 15 de octubre de 2010

Historias de un erasmus atípico (II)

Hoy ha sido el día en el que, al fin, me he dado cuenta. Me he dado cuenta de lo que significa para mi estar aquí, de que es lo que desde hace mucho tiempo había querido.

Me gusta el país tanto como esperaba que me gustase, me gusta el trabajo que hago/hacemos y me siento cómodo con mi entorno, pese a que sigue siendo algo ficticio. Es por eso que me siento bien, bastante bien.

También es evidente que me faltan cosas demasiado importantes como para considerar esta situación como ideal, pero desde el mismo momento en que decidí seguir adelante con la idea que siempre tuve sobre mi futuro, está claro que asumí tales faltas, o más bien, TAL FALTA.

Así que, de momento, la situación es buena, muy buena. Tan buena como que mañana nos vamos a una feria a Nuremberg. Y como que estoy contento, debería ser suficiente.

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